Dos calabazas gigantescas, envueltas de sonidos cálidos, y en su interior dos bailarinas. Bailando anticipan a su alrededor y se expresan con sus ojos. Con sus movimientos y su mirada crean un mundo místico y llevan al público a sus fantasías.
El organizador o el contratista se encarga de una remuneración equitativa y de la declaración a SABAM (la sociedad de gestión belga encargada de autorizar el uso por terceros de las obras musicales de autores, compositores y editores), o a la organización de derechos de autores, artistas y de ejecución de su país.
El organizador se responsabiliza plenamente de la seguridad.
El organizador debe cumplir con los reglamentos de la policía y de los seguros.
Aparcamiento para furgoneta grande
El organizador debe arreglar el alojamiento y la alimentación de los artistas.
El salario se pagará después de la actuación, salvo que se disponga otra cosa.
La fecha definitiva queda establecida sólo en el momento de firmar el contrato.